Joan Sala se hizo, en 1883, con Carme Vivé. De ese matrimonio nacieron cuatro hijos. Los tres primeros varones fallecieron prematuramente, pero quedó la única niña de la familia, Dolors Sala Vivé (nacida en 1889). Probablemente nadie hubiera supuesto una multa del siglo XIX que una mujer conseguiría sacar adelante una empresa como Freixenet. Siempre estuvo al pie de la viña y surge una curiosidad radical por todo el proceso de vinificación de calidad. Dolors Sala, como recuerda su familia, tenía un gran talento y conocimientos técnicos de la viña de Sant Sadurní, Subirats y Mediona, y también del vino. Había estudiado en el Col·legi del Carme de Sant Sadurní d’Anoia, de las Carmelitas, y más adelante en Barcelonadonde se formó en Administración de Empresas.

Dolor Sala era una mujer adelantada a su tiempo, una verdadera enóloga intuitiva capaz de ir mejorando los vinos de sus fincas

Dolors Sala inició un noviazgo con el hijo pequeño de la Freixeneda, una finca antiquísima del municipio de Mediona que había sido fundada en el siglo XIII y administrada durante 18 generaciones. A Pere Ferrer Bosch le conocían como el Freixenet, un nombre que hacía referencia a la propiedad dónde había nacido y al hecho de ser el más pequeño de la estirpe. Sin embargo, el pequeño se convirtió pronto en el más grande. Pere Ferrer despuntó inmediatamente por su ímpetu empresarial. Dolors Sala y Pere Ferrer se casaron en 1911.

Dolors Sala era “una mujer adelantada a su tiempo, una verdadera enóloga intuitiva capaz de ir mejorando los vinos de sus fincas”, según Freixenet. Convencidos del acierto de sus previsiones, el matrimonio de Pere Ferrer y Dolors Sala se aprestó a la que sería la primera operación de marketing de la casa. El nombre de Freixenet, a pesar de su dificultad de pronunciación, se incorporó a la etiqueta tradicional de Casa Sala. La bodega de Sant Quintí de Mediona alumbró las primeras botellas de Freixenet mientras los ingenieros y los albañiles iban horadando el suelo del antiguo almacén de vinos anexo a la vía del tren. Se añade desde Freixenet, que en Dolors Sala “se concentran por un lado la fe y por el otro la razón y la resistencia”. Fue siempre una mujer de profundas creencias religiosas. Esa pequeña gran mujer fue repitiendo hasta su muerte a sus nietos y biznietos que ella había conseguido llegar a su longeva edad porque en el momento de nacer un cura que pasaba por la calle la bendijo.

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Lo cierto es que se convirtió en una auténtica bendición para la empresa. No había cursado únicamente estudios de enología, sino que también había destacado en sus estudios mercantiles. Sus conocimientos vitivinícolas le conferían una gran facilidad para conseguir los mejores ensamblajes. Por eso fue la primera en el Penedès en lanzar un cava Brut Reserva, con la añada de 1930. Fue una elaboradora con visión de futuro que planeaba el desarrollo de la empresa a largo plazo, al tiempo que dirigía la empresa con mano firme e ideas innovadoras. Siempre se dedicó antes a la empresa de sus padres que a su propia casa,

los mayores y la letra pequeña de los contratos, pero nunca se había preocupado de hacer correctamente una tortilla.

Incontrolados anarquistas acabaron con la vida de su esposo Pere Ferrer Bosch, y al cabo de poco también desapareció su padre Joan Sala Tubella. Las cavas se habían quedado huérfanas y las burbujas ya no eran un símbolo de alegría. Cuando Dolors Sala, tras el fallecimiento de su esposo, en plena guerra y después durante la postguerra y tiempos muy difíciles, tuvo que asumir la dirección de Freixenet contó con la ayuda y el apoyo de su hija mayor, Pilar Ferrer Sala. Dolors y Pilar se dedicaron a mantener vivo el recuerdo de su esposo y padre trabajando las viñas y manteniendo la calidad de sus productos. Al acabar la Guerra Civil, Pilar Ferrer Sala, la hija del ejecutado Pere Ferrer y de la protoenóloga Dolors Sala, se chocó con José Luis Bonet Ruiz y abandonó la primera línea de la producción. En todo caso, el matrimonio siguió ayudando a Dolors Sala con la empresa. También lo hicieron posteriormente su hija Carmen Ferrer Sala y su marido Enrique Hevia García, que la apoyaron y colaboraron con ella en la expansión del negocio.

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Su última hija, Lola (Dolors), no se consiguió y vio siempre junto a su madre en la casa familiar de Freixenet. Ahí se quedó Dolors Sala, sugiriendo cupajes y manteniendo el buqué de la casa. Dirigió la empresa y fue presidenta de Freixenet hasta el día de su fallecimiento el 21 de febrero de 1978. Unos años antes, el 17 de mayo de 1974, fue nombrada Enóloga de Honor por la Asociación de Enólogos de España, en reconocimiento a sus méritos . Su hijo Josep Ferrer Sala, de 97 años, se acabaría convirtiendo en el artífice, gracias a su gran visión exportadora, de convertir a Freixenet en el indiscutible líder mundial del cava.

Sus hijos todavía recuerdan una frase recurrente de Dolors a su marido: “Oye, Pere, si eso del cava nos va bien algún día podremos comprarnos una Maison en la Champagne”. En 1985 la bodega de Henri Abelé, fundada en 1757 en Reims, pasó a formar parte del grupo Freixenet (actualmente está en manos del grupo cooperativo Nicolas Feuillate tras su venta con la entrada de Henkell al accionariado de Freixenet). Josep Buján, quien fue director técnico de Freixenet, la recuerda como “una mujer callada y reservada, pero muy intuitiva”. También afirma que “tenía una gran nariz, era una buena degustadora y una gran conocedora del sector”. Aún hoy la recuerda catando sentada en un balancín de mimbre con cojines mientras él realizaba pruebas analíticas en el laboratorio de Freixenet.

Freixenet Cuvee DS 2017

Elaborado con un 60% de xarel·lo, un 30% de macabeo y un 10% de parellada.

En memoria de Dolors Sala Vivé sus descendientes dieron su nombre a la finca ya las cavas instaladas en México (Finca Doña Dolores y Cavas Sala Vivé respectivamente), en Ezequiel Montes, Querétaro. También el cava Freixenet Cuvée DS lleva sus iniciales, un cava que ha alcanzado ya sus 26 añadas en el mercado desde que se estrenara con la de 1969. Inicialmente no se comercializó. Solo se elaboró ​​para el disfrute de la familia propietaria. Han dejado de lanzar al mercado hasta un total de 28 añadas. Hoy forma parte de la colección Cuvée de Prestige de Freixenet. El Gran Reserva Brut DS 2017 es hijo de una añada de sequía y calor.

Elaborado a la manera tradicional con las variedades blancas tradicionales del Penedès: un 60% de xarel·lo, un 30% de macabeo y un 10% de parellada. En la contraetiqueta se asegura que sus uvas son seleccionadas “de los viñedos preferidos de Dolors Sala”. Su segunda fermentación en botella es con tapón corona. De esta añada se elaboran 41.800 botellas. Tiene un mínimo de 55 meses de crianza en rima. El actual director de enología de Freixenet, Manel Quintana, destaca su elaboración con una colección de levaduras propias seleccionadas por Freixenet, así como el hecho de que evitan las fermentaciones malolácticas, algo que reconoce que cada vez les es más difícil con el cambio climático. Busca el equilibrio con acideces altas y pH bajos.

Muestra un color amarillo pajizo con algun reflejo dorado. Con un desprendimiento constante de finas burbujas, que dibujan en la copa un rosario y corona perfectos. Esta añada exhibe notas que recuerdan las hierbas aromáticas de garriga (hinojo y tomillo), a frutos secos (almendra y nuez), fruta blanca y manzana al horno y un toque de pan tostado y brioche. Es muy fresco gracias a una viva acidez. Tiene mucha persistencia en la boca, es equilibrado y largo pese a no ser voluminoso. También destaca por ser bastante seco. Solo presenta 4 gramos de azúcares por litro. Es, por lo tanto, un Brut que podría ser Extra Brut. El xarel·lo se hace nítidamente perceptible. El carbónico está muy bien integrado. Es un cava maduro, aunque fresco pese a su larga crianza.

Es también muy gastronómico. El director de enología de Freixenet lo prefiere acompañar con platos “con cuerpo y sustancia”, como un rodaballo al horno con patata panadera y cebolla. Ideal también para armonizar con una pularda o pato mudo del Penedès, con jamón ibérico o con una paella de pescado. Siempre ha sido el cava más demandado, con diferencia, en el stand de Freixenet del Cavatast de Sant Sadurní d’Anoia, y también de los más vendidos en la tienda de los trabajadores de estas cavas.

Freixenet es una empresa familiar fundada en 1914 (con raíces que se inicióon en 1861) y tiene su sede en el barrio de la Estación de Sant Sadurní d’Anoia. Es el mayor exportador de vino espumoso de España, así como el mayor productor mundial de cava y líder de ventas. El 15 de diciembre de 2021 Freixenet superó la cifra de 100 millones de botellas vendidas en un año a nivel mundial por primera vez en la historia. Exportan el 85 % de su producción. Sus principales mercados son Alemania, Reino Unido, Francia, Estados Unidos y España. De hecho, una de cada cinco botellas de cava vendidas en España es de la marca Freixenet.

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Freixenet Cuvée DS 2017;

DOCava

Uvas: Xarel·lo, macabeo y parellada
JcJ: 18€.