Hace unos cuantos años ya que Estados Unidosy los expertos que analizan la evolución de la industria musical y de las pulsiones de las audienciasdejan testimonio de la explosión comercial mundial de la musica en ingles que reta a los géneros. “El lenguaje ya no es una barreralos ritmos del mundo se mezclan y cohesionan, la colaboracion entre culturas es común y la influencia del hip hop rezuma por todos lados”, sentenciaba en 2019 Joe Coscarelli en ‘The New York Times’.
El crítico musical describía el fenómeno en 2019, en una pieza dedicada a rosalía y ‘El mal querer’, el trabajo con el que la de Sant Esteve Sesrovires hizo su primera gran irrupción en EEUU. Para este marzo, cuando Coscarelli hizo su crítica de ‘Motomami‘, un disco que sigue encabezando la lista de lo mejor de 2022 del agregador de valoraciones Metacritic, el especialista ratificó el “crossover”: “En un tiempo de superestrellas de nicho hablando directamente a públicos atomizados, lo que se conocía antes como música internacional está cruzando los límites del mundo angloparlante”.
esta conquista hispana de listas de estallido sin precedentes a nivel global”, como la ha descrito el ‘Los Ángeles Times’, ha sido un terremoto en cuyo epicentro han estado artistas como j balvin o conejito malo. Pero Rosalía se ha consumado dentro del fenómeno como una fuerza central e imparable. y tambien único.
Se lo decía hace unos días en ‘Los Angeles Times’ Noah Goldstein, el productor y compositor que estuvo vinculado a trabajos de Kanye West y ahora ha trabajado con la artista. Y habló no solo con admiración de cualidades como su dominio del melismas, el cambio de altura musical llegando a varias notas en una misma sílaba, que según Goldstein “nadie más en pop puede tocar”. “Rosalía es la verdad”aseguró, “es un genio creativo”.
Para entender el fenómeno de Rosalía en EEUU no hace falta solo acudir a los expertos. El domingo, en el primero de sus dos conciertos en Radio City Music Hall, al que seguirá el próximo fin de semana una actuación en Central Park en el festival Global Citizen donde comparte cartel con, entre otros, Metálica y Mariah Careyel público incluso que había agotado las cerca de 6.000 entradas a la venta explicaba quizás mejor por qué la cantante y compositora de 29 años triunfa de esta manera.
superheroina
“Me siento como una superheroina hoy”, decía Denise, pantalón de cuero negro, top-sujetador rojo de látex (con el cuero, el material de la noche), botas de plataforma y dos trenzas. “Cuando oigo a Rosalía me siento sexi. Me da confianza. me empodera. Y me gusta el sabor de su musica. Yo la escucho todo el tiempo, y escucho K-Pop, club, reggaetón, música africana… Porque escuchar música estadounidense se ha hecho aburrido”.
Como Denise, de raíces dominicanas, en el público había mucha gente latinapersonas a las que Rosalía se metió en el bolsillo grabando sus paseos por Alturas de Washingtonel barrio de importante población dominicana y boricua al que en el cine realizó homenaje a Lin Manuel Miranda y del que la artista reconoció la influencia durante la creación de ‘Motomami’, no solo musical con sonidos como la bachata y el dembowsino tambien cultural. Y allí, por ejemplo, contó que se compró sus mejores “skinny jeans”, “los que te hacen el culo así como redondito y bien p’a arriba”.
En el público se vieron también muchas pieles en tonos alejados con distintas intensidades del blanco, como la de Steven Miller, de 31 años, que llevó a su tía mayor al concierto porque “tenía que experimenta el motomami”. “Rosalía es cautivadora, es como si estuvieras atrapando el alma”, decía. “Es más interesante de seguir que otros muchos artistas, que no quieren tanta interacción con sus fans ni entienden tanto como ella lo importante que es esta relación”.
Otro de los publicos dominantes era la Audiencia queer, algo que John, un hombre de 27 años que acudió con un grupo de amigos, estimaba que se entiende por la “autenticidad de Rosalía, que inyecta también confianza en ser quien uno es”.
Colas a las puertas del Radio City Music Hall de Nueva York, antes del concierto de Rosalía. EFE
“Ella es su género”
No es esta la misma Rosalía que debutó en nueva York en 2018 en el pequeño pero respetado pub de joe del East Village como parte del Festival de Flamenco que organiza Miguel Marín, ni la del 2019 que hizo entregarse ‘locamenti’ al Webster Hall. Con su conjunto diseñado, como todo el vestuario de esta gira, por el australiano Dion Leeacompañado por los motopapis en cuya coreografía han trabajado Mecnum Giasar y la Jacob Jonas Company, y con un espectáculo que pese a pasar algun problema tecnico se mostró tan afinado a la cultura de la imagen y las redes sociales como su creadora, se plasmaba sobre el escenario de Radio City Music Hall lo mismo que la crítica de ‘Horca‘ Julianne Escobedo identificó cuando escuchó por primera vez ‘Motomami’, disco al que dio un 8.4 de nota. “Ya era una cantante formidable, pero suena como que ha aprendido que con el superestrellato global llega la libertad de marcar su propia agenda”.
Es algo que reconfirmó tras el concierto del domingo John, que trabaja para sony, aunque no estaba de función oficial. “Por supuesto tiene que tener en cuenta consideraciones comerciales, pero ha encontrado un equilibrio. Y creo que el sello le ha dado libertad porque hay confianza absoluta en lo que hace. ella no es un producto; su música es única; ella es su género propio”.
Era la segunda vez que John vio a Rosalía en vivo tras presenciar su actuación en Coachella en 2019. Ni entonces ni ahora habló ni entendía una palabra de español, pero sí entiende «perfectamente el sonido y la pasion”, y tiene claro que ha visto una evolución: “Ha crecido como artista y ha encontrado su posición tanto en estilo como en sonido y sobre el escenario”, decía John, entusiasmado también por descubrir qué es lo próximo para Rosalía. “Es difícil saber dónde va el aire. Y eso es lo ‘cool’”.