El poder de la mafia – Película – 1963 – Crítica | Reparto | Estreno | Duración | Sinopsis | premios

El poder de la mafia – Película – 1963 – Crítica | Reparto | Estreno | Duración | Sinopsis | premios

El pasado se hace presente

El pasado se hace presente

Sorprendente acercamiento al mundo de la mafia a cargo de Alberto Latuada, atravesado por un tono costumbrista y un soterrado e inesperado humor negro. Sin duda tuvo que influir en Francisco Ford Coppola, mario puzo y el padrino. Entre el equipo de guionistas acreditado, con su nombre italianizado, se encuentra rafael azconaacompañado de Marco Ferreriy el de otros grandes como Agenore Incrocci y Furio Scarpelli.

Antonio Badelamenti, casado y con dos niñas, trabaja en una fábrica de automóviles en Milán. Por primera vez va a disfrutar de una quincena de vacaciones, que desea pasar en su pueblo en Sicilia, para que sus padres y demás parentela conozcan al fin a su familia. También deberá presentar sus respetos a don Vincenzo, algo más que el cacique local, es el jefe de la mafia.

La película arranca de un modo que se mueve entre la crítica social y el costumbrismo, al enfatizar las diferencias entre el norte y los isleños, con sus atávicas costumbres que despiertan la risa y la sonrisa, las comidas interminables, la ropa oscura, el desempleo , el laconismo que oculta tal vez desaprobación, el compromiso matrimonial de una joven con bigote… Pero en el último tramo, cambia el tono de modo inesperado, asomando el mundo criminal que y lo que se supone que son los hombres de honor. De modo que el humor también muta. Y en tal sentido el protagonismo de alberto sordi es perfecto, porque el actor logra encarnar muy bien el rigor profesional que ha desarrollado en Milán, que se transforma cuando vuelve al lugar donde experimentaron sus años mozos, y donde constató que lo que creía que formaba parte del pasado, sigue siendo completamente actual y le crea incómodas obligaciones.

Hay ideas muy creativas en el relato, como el juego de espejos de las lágrimas de la esposa –estupenda norma bengel– en la cama, en su primera noche en Sicilia, que tiene su reflejo en la última noche también en el lecho, donde quien llora es Antonio. Las imágenes en la fábrica formarían también parte de esa estructura especular, en que se cierra el círculo.

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