Mochilas muy pesadas

Probablemente lo mejor que se puede decir de esta serie australiana de seis capítulos de media hora es que te rompe el saque. Y lo peor, también y paradójicamente, sería que te rompiera el saque. Pues aunque el título ya hace “spoiler” acerca de lo que guarda al espectador, lo cierto es que la narración se desarrolla en sus primeros capítulos sin revelar claridad con todas sus cartas, de modo que la sensación incómoda que domina es de desconcierto. Dirigir y producir abe forsytheque ya conseguia descolocar con Pequeños monstruos.

Gary, estadounidense afincado en Adelaida, Australia, es viudo con una hijita de once años, su mujer murió de cáncer. El hombre quiere conocer a otras mujeres, pero siempre malogra las citas, en parte porque le preocupa mucho su hija Emma, ​​con la que no logra conectar. Un día, debido a una colisión de tráfico, se cruza en su vida, nunca mejor dicho, Mary, una compatriota. Ella es psicóloga y columnista en un consultorio sentimental, y enseguida tranquiliza a la pequeña, y vamos, todo apunta a que sería una compañera ideal para Gary. Pero hay algo extraño en esta mujer que no puede quedar con Gary por las noches, y que oculta aspectos de su vida. Es una “mochila” que no puede compartir, y que piensa que es mayor que la de Gary, bastante pesada, pues incluso en cierto momento Emma tiene una tentativa suicida.

La aportación que hace Forshyte a una trama con elementos dramáticos y románticos sería la de añadir un punto, ligado al destino fantástico ya la música, que como vengo diciendo, se ve de lejos, pero que aquí no desvelaremos, para evitar suspicacias. Al cineasta hay que agradecerle la capacidad de riesgo, de no seguir las sendas trilladas de siempre, pero el precio es un desarrollo bizarro que probablemente no será del agrado de todos los paladares. Lo hacen bien los actores principales, jose gad mi isla pescadoraunque la reacción del primero al secreto de la segunda pudo funcionar mejor.