Año 2010, en que se celebra el Mundial de Fútbol de Sudáfrica. Walter lidera una empresa especializada en la búsqueda de tesoros en pecios que yacen en el fondo del mar. Cuando al fin logra sacar a la superficie un botín ligado al pirata Francis Drake, aparece la guardia civil, que requisa el hallazgo. A la espera de que expertos lo analicen y valoren, es depositado en la cámara de seguridad del Banco de España en Madrid. Lo que nadie imagina es que Walter va a reunir un equipo para llevar a cabo el asalto de ese lugar inexpugnable. Lo componen el geniecillo Thom, la ingeniera infiltrada y casi hija de Walter Lorraine, el ex oficial del servicio secreto británico James, el conseguidor Simón, y el hacker Klaus. Cuentan con la complicidad encubierta de Margaret, ligada al Foreign Office, pero en frente Gustavo, jefe de seguridad del Banco, detecta movimientos sospechosos que le ponen en guardia. El hecho de que la Plaza de Cibeles reúna a cientos de miles de hinchas de la selección española de fútbol, que sigan los partidos en pantallas gigantes, puede servir de distracción perfecta para intentar lo imposible.
Con el apoyo de Mediaset Camino hacia abajo es una estupenda película que se inscribe en el subgénero tan trillado de robos imposibles llevados a cabo con un alto grado de sofisticación, afrontando desafíos increíbles. Se pudo haber caído en más de lo mismo, y encima con un agravante proveniente de las casualidades de la vida, pues habrá quien detecte elementos comunes a tres producciones españolas más o menos recientes, las series La Fortuna y la casa de papely la pelicula en clave de comedia La gran familia española.
Claro, no basta decir que el origen del proyecto se remonta a 2010, podría haber excusas estupendas que expliquen las coincidencias, lo que es necesario es que la película sea buena. Y para alegría del espectador, lo es. Jaume Balagueró ha entregado un film con un ritmo fantástico, y el hecho de que el guión haya conocido muchas reescrituras y pulimiento por parte de cinco personas con crédito, Andrés M. Koppel, serbal athale, Michel Gaztambide, rafael martínez y Borja González Santaolalla no ha supuesto una rémora para su solidez. Hay muchos elementos arquetípicos, sí, pero el caso es que se utiliza con frescura, casi suenan a originales, entre otras cosas porque alguna vez, seguramente, lo son. Pero la clave, dejémoslo claro, es el “timing” perfecto de la narración.
La cinta sabe conjugar un grupo de personajes atractivos, definido con los rasgos básicos, y encarnado por un elenco que parece habérselo pasado en grande con la película –freddie highmore, Astrid Bergès-Frisbey, José Coronado, Liam Cunningham, sam riley, luis tosar, Emilio Gutiérrez Caba, axel stein, daniel holguín, Famke Janssen…–, con los preparativos del golpe y la ejecución del mismo, presentando mil y un obstáculos que se sortean como buenamente se puede, creando una atmósfera de tensión perfecta, con esa cámara acorazada que tiene un sistema de protección que la inunda de agua si detecta intrusos, y la euforia de los aficionados al fútbol, que ven la posibilidad, que siempre había parecido, también, imposible, de que España se proclame campeona.